5 ciudades europeas que enamoran en verano (y no son las más típicas).

Cuando pensamos en verano europeo, solemos imaginar París, Roma o Barcelona. Pero Europa está llena de joyas menos conocidas que ofrecen experiencias auténticas, paisajes increíbles y una atmósfera encantadora sin las multitudes. Aquí te presentamos cinco ciudades que te robarán el corazón en la temporada más cálida del año.
1. Ljubljana, Eslovenia: la pequeña gran joya verde
La capital de Eslovenia es compacta, colorida, acogedora y ecológica. A orillas del río Ljubljanica, el centro histórico está lleno de terrazas al aire libre, música callejera y mercados. Su tamaño reducido permite recorrerla fácilmente a pie o en bicicleta, disfrutando de cada detalle de su arquitectura art nouveau y puentes decorados.
- Actividades: paseo en barca por el río, conciertos al aire libre, mercados de productos locales.
- Imperdible: el castillo de Ljubljana, al que puedes subir a pie o en funicular, con impresionantes vistas panorámicas, y el mercado central diseñado por el célebre arquitecto Jože Plečnik.
- Curiosidad: Ljubljana ha sido premiada como una de las capitales más verdes de Europa y el centro es completamente peatonal. Es también una de las ciudades con mayor calidad de vida del continente. Consejo: alquila una bici para explorar la ciudad y sus parques como Tivoli, un pulmón verde ideal para picnic o senderismo ligero.
2. Ghent, Bélgica: historia, canales y cultura joven
A menudo eclipsada por Bruselas o Brujas, Ghent sorprende con su mezcla de historia medieval y modernidad alternativa. Su vida universitaria aporta energía juvenil a una ciudad llena de torres góticas, murallas y canales navegables. En verano, los eventos culturales y la animación en las calles la convierten en un lugar vibrante.
- Actividades: crucero por los canales, visita al castillo de los Condes de Flandes, tardes en terrazas frente al río Lys.
- Imperdible: la Catedral de San Bavón, donde se encuentra el retablo del Cordero Místico de Van Eyck, y el barrio Patershol, lleno de encanto y buena gastronomía.
- Curiosidad: Ghent fue una de las ciudades más poderosas de Europa en la Edad Media. Hoy es referente de sostenibilidad y cultura alternativa, con una fuerte escena vegetariana y vegana. Consejo: visita durante el Gentse Feesten (julio), uno de los festivales callejeros más grandes de Europa, con conciertos gratuitos, teatro, circo y actividades hasta la madrugada.
3. Cádiz, España: mar, historia y sabor andaluz
Ubicada en el sur de Andalucía, Cádiz combina la belleza del mar con una historia que abarca más de 3.000 años. Sus playas urbanas, su casco histórico de calles estrechas y plazas animadas, y su autenticidad andaluza la convierten en un destino perfecto para el verano. Además, es ideal para quienes buscan ambiente local y buen comer.
- Actividades: baños en La Caleta, caminatas por la Alameda, rutas de tapas en el Mercado Central y calle Zorrilla.
- Imperdible: la Torre Tavira con su cámara oscura, la Catedral barroca con cúpula dorada y el atardecer desde el Castillo de San Sebastián.
- Curiosidad: Cádiz fue punto clave en el comercio con América y conserva una arquitectura colonial única. Sus carnavales son famosos, pero el verano ofrece una versión más tranquila y musical de la ciudad. Consejo: evita las horas de más calor (14:00 a 17:00) y aprovecha las noches gaditanas para tapear, escuchar flamenco o asistir a festivales de verano gratuitos.
4. Bergen, Noruega: color y naturaleza entre fiordos
Bergen es la segunda ciudad más grande de Noruega, pero mantiene un aire de pueblo costero. Es la puerta de entrada a los impresionantes fiordos noruegos y, en verano, los días casi interminables permiten aprovechar al máximo la naturaleza. Las casas de colores en el barrio de Bryggen, declaradas Patrimonio de la Humanidad, le dan un aire de cuento.
- Actividades: caminata por el monte Fløyen o Ulriken (accesibles también por funicular), paseos por el puerto, visitas a museos de arte nórdico.
- Imperdible: el mercado de pescado con degustaciones frescas y Bryggen, con sus tiendas de artesanía en antiguos almacenes de madera.
- Curiosidad: Bergen tiene uno de los climas más lluviosos de Europa, pero en verano disfruta de días secos, largos y frescos, ideales para explorar la costa y las montañas. Consejo: lleva una chaqueta ligera impermeable, incluso en verano. Aprovecha las excursiones en barco hacia el Sognefjord o el Hardangerfjord, dos de los fiordos más espectaculares de Noruega.
5. Pula, Croacia: playas, ruinas romanas y buen vino
Pula se encuentra al sur de la península de Istria y es una mezcla fascinante de costa adriática, historia romana y gastronomía mediterránea. En verano, su anfiteatro acoge conciertos y cine al aire libre, mientras que las playas cercanas ofrecen tranquilidad y aguas cristalinas.
- Actividades: snorkel en las calas de Kamenjak, visitas guiadas por ruinas romanas, degustaciones de aceite de oliva y vino en viñedos cercanos.
- Imperdible: el anfiteatro romano, uno de los seis más grandes del mundo; el Arco de los Sergios y el templo de Augusto en pleno centro.
- Curiosidad: el Festival de Cine de Pula, celebrado desde 1954, tiene lugar dentro del anfiteatro y ofrece una experiencia cinematográfica única. Consejo: alquila una moto o coche para recorrer la costa de Istria, descubriendo pueblos como Rovinj, con aire veneciano, o Motovun, en la cima de una colina rodeada de viñedos.
Estas cinco ciudades son perfectas para vivir un verano distinto, lejos del turismo masivo, y lleno de cultura, paisajes y momentos memorables. Europa está llena de sorpresas, y estas joyas escondidas son una invitación a explorarla con nuevos ojos.